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PREDESTINADOS

Actualizado: 10 ago 2020




Romanos 8:29-38


Autor: Dr. Jorge E. Rodriguez Sierra



INTRODUCCIÓN

La palabra predestinado es una palabra poca usada y conocida por los cristianos. Esta palabra significa determinar algo antes de tiempo o antes de que ocurra, decidir de antemano, apartar desde un principio; es sinónimo de elegido, escogido. Otro diccionario lo define de esta forma: Decidir de antemano, predestinar, apartar desde un principio o anticipadamente (1). Ronnie Simpson usando el diccionario Ilustrado Nelson lo define la predestinación de esas manera: Enseñanza bíblica que declara la soberanía de Dios sobre el hombre en tal forma que la libertad de la voluntad humana también es preservada (2).

Esta palabra es usada por Pablo en sus cartas de los Romanos 8:29,30; 1 Corintios 2:7 y Efesios 1:5,11; y por Lucas en el libro de los Hechos la cual se traduce como determino (Hechos 4:28).


La predestinación es un concepto muy profundo que nuestras mentes finitas son incapaces de comprender pero que las Escrituras declaran claramente. Es en este concepto profundo que podemos ver al menos 10 increíbles bendiciones que Dios da a quienes él eligió desde antes de la fundación del universo.



TODO AYUDA A BIEN

Romanos 8:28

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”


Esta es una declaración absoluta e implica un conocimiento seguro, el cual dice que no importa la situación que se enfrente, sea buena o incluso mala, estas trabajan conjuntamente con la finalidad de producir algo bueno y beneficioso. Es equivocado interpretar este versículo diciendo que lo que sucede es lo mejor, Pablo no dice que las cosas trabajan para nuestra comodidad, facilidad, salud o prosperidad (2). Todas las cosas (panta) es propiamente “todo”, no sencillamente todas las cosas (ta panta, 32) del orden espiritual. Pablo está incluyendo literalmente “todo”. Cosas que independientemente o de sí mismas resultarían en nuestra ruina, Dios las hace que obren para nuestro bien final. Y si tenemos el Espíritu lo sabemos. (4)

Pablo menciona a sus lectores que él y ellos saben esta afirmación ya que tienen conocimiento por observación por lo cual es algo que no dudan de la fidelidad de Dios (3).

Esto solo está reservado para quienes presentan estas dos características muy definidas, desde el lado humano es para aquellos que muestran un amor verdadero por Dios, este amor no es dado para obtener un beneficio sino que es un amor que se origina al entender que Dios nos amó primero como lo afirma Juan en su primera carta: “Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero”. Por lo que podemos afirmar que el contexto de estas palabras de Pablo solo aplican al creyente y Dios lo usa para perfeccionar y madurar al creyente ya que su propósito es el bienestar del creyente (3). La otra característica es desde el lado de Dios y es para aquellos que son escogidos, en la cual la negativa no es una opción, de acuerdo al plan y ;la voluntad perfecta de Dios. Pablo acepta totalmente la libre agencia del hombre, pero detrás de todo y a través de todo subyace la soberanía de Dios como aquí lo declara, y es en su faceta de gracia. (5)




TRANSFORMADOS

Romanos 8:29

“Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”


Pablo nuevamente establece que Dios conocía en su Omnisciencia a los que habrían de ser salvos y para ellos determinó que fueran transformados para que se parecieran a su Hijo Jesús, como dice Pablo: “hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;” (Efesios 4:13). La predestinación no es que Dios en forma aleatoria haya escogido solo algunas personas para ser salvas sino que a los que ya sabia que serian salvos él los escogió para parecerse a Cristo.

La predestinación siempre es después de la salvación para uno que está en Cristo, el hecho de que Dios sabe de antemano no pone ninguna presión en la libre voluntad del hombre. Por lo que debemos de establecer que el término predestinación siempre es usado solo en relación con personas salvas, es Dios planeando el futuro de un hombre salvó (6). El amor que Dios da en su elección a los llamados por él es para que sean parte de su familia y que Cristo sea la cabeza como lo establece Pablo al escribir: “y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;” (Colosenses 1:18). El cristiano fue llamado a parecerse más a Cristo no porque sea algo planeado por él sino porque ese es el plan perfecto de Dios para sus hijos. Juan nos dice que seremos semejantes a Cristo y le veremos tal como él es (1 Juan 3:2). Lo interesante es que el llamado es en el pasado eterno, el tiempo del verbo es aoristo y denota una vez por todas. Todos los tratos redentores de Dios con el hombre han sido culminados en el pasado eterno hasta la coexistencia en el futuro eterno. (6)



DECLARADOS INOCENTES Y HONRADOS

Romanos 8:30

“Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”


La predestinación incluye un llamado, una justificación y una glorificación (6).


Un llamado. A los que Dios selecciono de antemano, a los que son salvos, también les llamó a presentarse con autoridad por lo que el hombre salvo no puede resistirse. Nadie irá sin ser llamado, el llamado llevar al pecador a la justificación, el llamado de Dios en la eternidad es manifestado en el llamado a los hombres a la salvación a través de Su Palabra y Espíritu, los declara justos en Cristo y procede a justificarlos (7). En el Antiguo Testamento leemos: dijo: Jehová Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos, y tienes dominio sobre todos los reinos de las naciones? ¿No está en tu mano tal fuerza y poder, que no hay quien te resista? (2 Crónicas 20:6) y en el Nuevo Testamento nos dice Pablo: “Pero me dirás: ¿Por qué, pues, inculpa? porque ¿quién ha resistido a su voluntad?” (Romanos 9:19).


Una justificación. A los que Dios predestinó es a quienes Dios pronuncia un veredicto de inocencia al perdonarlos y los hace aceptos ante él al estar limpios de todo pecado. La justificación es la transformación del pecador al carácter de Cristo, nadie irá sin ser cambiado (7). John MacArthur comenta sobre la justificación de la siguiente manera: justificó se refiere a que un creyente queda justificado ante Dios por obra de Dios. Debido a que “todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”, los hombres únicamente pueden ser “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Ro. 3:24) (8).

Una glorificación. A los que justificó a éstos los glorificó, en otras palabras los exalto y enalteció. La glorificación es en el futuro eterno, nadie estará perdido, la glorificación es la consumación del cambio producido por la justificación (7). Este evento que aún no ocurre pero que es descrito como algo ya conseguido dejando en claro que esto es algo totalmente seguro. Todo esto solo por el puro afecto y voluntad de Dios, el hombre no hace nada para merecerlo, es un regalo de Dios. Pablo lo deja bien establecido al decirnos: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,...” (Efesios 1:3-7). Pablo escribió a los tesalonicenses que nuestra glorificación definitiva es el propósito mismo por el que somos redimidos: “A lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo” (2 Tesalonicenses. 2:14). Esta promesa de gloria final no era una esperanza incierta en lo que a Pablo concernía. Al poner la frase a éstos también glorificó en el tiempo pasado, el apóstol demostró su propia convicción de que a todos y cada uno de los que justificó, les ha dado una seguridad eterna. Los que “obtengan la salvación que es en Cristo [también reciben] gloria eterna” (2 Timoteo. 2:10). Esa es la garantía que Dios mismo da (8).

El contexto de este versículo da seguridad al creyente, todos estos eventos son desde el punto de vista de Dios, no del hombre (3).




SIN OPOSICIÓN

Romanos 8:31

“¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?”


Ante estos conceptos sublimes de la gracia de Dios, Pablo inicia una serie de preguntas y contestaciones que nos hablan de la seguridad que tienen lo que son elegidos. La primer pregunta que Pablo hace es ¿que se puede decir de todas estas bendiciones tan maravillosas que se reciben? No hay nada qué decir en contra de ellas, Dios decidió dar el llamado, el perdón, la justificación y la glorificación a pesar de no merecer ninguna de ellas. Y si Dios es quien lo decidió así entonces no hay nada ni nadie que se pueda oponer. La palabra “si” da entender una condición la cual está totalmente cumplida, de esta manera es Dios quien da esta garantía que va desde el llamado hasta la glorificación.

No hay condenación porque compartimos la justicia de Dios y la ley no puede condenarnos (9).





ALGO SEGURO

Romanos 8:32

“El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”


Todo las bendiciones previas son algo totalmente seguro ya que para hacerlas posible Dios no tuvo consideración de su único hijo ya que lo entregó por nosotros. La palabra escatimo en su sentido literal es abstenerse de dañar, por lo tanto Pablo nos dice que Dios no se detuvo, por amor al hombre pecador, para castigar a su Hijo para que pagara el precio que demandaban nuestros pecados. Cristo fue entregado a las autoridades judías religiosas primero y después a las autoridades romanas para que dieran sentencia y lo clavaran en una cruz para quitarle la vida y al derramar su sangre dio el pago completo por hombre pecador, la deuda ante Dios fue saldada una vez y para siempre. En este acto de sacrificar a su propio hijo Dios mostró su amor a pesar de conocer la condición caída del hombre, Pablo nos dice: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8). El hombre pecador no tiene forma de poder conseguir redimirse y conseguir su salvación a través de sus propios méritos, no es por obras, es un regalo de Dios (Efesios 2:8-9). Este increíble regalo Dios lo ofrece a todo hombre pero solo es y será efectivo para aquellos que decidieron creer en Cristo para salvación.



SIN ACUSACIÓN

Romanos 8:33

“¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.”


La siguiente pregunta que Pablo da es en referencia a que si existe alguien que sea capaz de levantarse y presentar cargos formales en contra en una corte judicial a los que Dios selecciono, la contestación es dada con autoridad, ya que Dios mismo es el que pronuncia un veredicto de que alguien está en total conformidad con los requisitos de la ley entonces no hay absolutamente nadie que pueda acusar a un hijo de Dios legalmente. Dios el juez quien los declaró inocentes.

Dios nos justifica significa que no ha declarado justos en Cristo. A Satanás le gustaría acusarnos (Apocalipsis 12:10, Zacarías 3:1-7), pero permanecemos justos en Jesucristo (10). La declaración de inocencia por parte de Dios es eterna, nunca cambia y da paz a nuestros corazones (10).




SIN CONDENACIÓN

Romanos 8:34

“¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”


Nadie puede declarar culpable y dar sentencia punitiva a los elegidos de Dios ya que la sangre de Cristo es más que suficiente para pagar en forma completa los pecados de todo hombre del mundo (Juan 19:30, 1 Juan 1:7, Hebreos 7:25). Jesús no está muerto y ahora mismo está al lado de Dios y él es nuestro abogado que defiende nuestro caso ante el Padre y su sacrificio al derramar su sangre no solo pagó los pecados de los elegidos sino también los de todo el mundo, así que la muerte de Jesús es suficiente para declarar a todos como inocentes y no solo para unos cuantos, pero solamente es efectiva para aquellos que fueron llamados (1 Juan 2:1-2). Cristo también resucitó de los muertos, y esta es la prueba definitiva de su victoria sobre el pecado y sobre su castigo supremo que es la muerte. La tumba no pudo encerrar a Jesús, porque Él había conquistado a la muerte; y su conquista sobre la muerte imparte vida eterna a toda persona que confía en Él (11). Además Cristo intercede por nosotros. Intercesión significa que Jesucristo nos representa ante el trono de Dios y no tenemos que representarnos a nosotros mismos. Cristo al interceder por nosotros es un ministerio que garantiza nuestra seguridad (12).



ADVERSIDADES SIN PODER

Romanos 8:35-37

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”


Pablo pregunta ahora que si hay algo que pueda alejarnos, apartarnos, retirarnos o aislarnos del amor de Cristo y a esta pregunta se agregar una lista de situaciones adversas, empezando con la tribulación que es un estado de adversidad física, mental, social o económica; la angustia que es una dificultad causada por una condición especialmente opresiva y restrictiva; persecución que es el acoso sistemático por tener fe en Cristo por parte de personas con la intención de infligir dolor o muerte ya que buscan que ya no sigan o renuncian a lo que creen; hambre caracterizado por la falta de alimentos que conduce a enfermedad e incluso la muerte; desnudez al faltar la cobertura ideal al cuerpo dependiendo del clima; peligro que refleja una situación que puede conducir a una persona a recibir daño o una lesión; espada que implica el evento de morir causado en una forma violenta; finalmente Pablo cita al Salmo 44:22 donde queda en claro que el cristiano va a padecer e incluso va a perder la vida por seguir a Cristo. Ante todas estas situaciones totalmente adversas y difíciles Dios a través de Pablo no solo afirma que estas situaciones son incapaces de separarnos del amor que Cristo nos da pero que aun en medio de estas circunstancias el cristiano va a prevalecer y tener un triunfo amplio y totalmente completo pero esto no es obtenido por el creyente sino que es Cristo mismo quien da esta victoria.

Pablo no estaba hablando de todas estas aflicciones desde un punto de vista teórico o por información de segunda mano. Él mismo había tenido que enfrentar esa penalidades y muchas más, como lo informa de manera tan vívida en 2 Corintios 11. Haciendo referencia a ciertos líderes judíos en la iglesia que se estaban jactando de sus sufrimientos por Cristo, Pablo escribe: “¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.” (2 Corintios 11: 23–27) (14).

Dios no nos protege de las dificultades de la vida, por qué las necesitamos para nuestro crecimiento espiritual (Romanos 5:3-5). Dios permite que vengan pruebas para que las usemos para nuestro bien y para su gloria (12).

Más que vencedores es la traducción de hupernikaō, un verbo compuesto que significa literalmente “tener una supervictoria” o triunfar por encima de las expectaciones o con éxito de sobra, por así decirlo. Los que son más que vencedores tienen una victoria suprema cuando se enfrentan a todo lo que amenaza su relación con Jesucristo, pero lo hacen completamente por medio de su poder, el poder de aquel que nos amó a tal punto que dio su vida por nosotros para que pudiésemos tener vida en El (15).

Es el amor sublime de Dios que nos permite tener victoria.




ENTIDADES SIN PODER

Romanos 8:38-39

“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.”


Pablo finalmente enumera una serie de entidades fuera de este mundo donde el hombre es incapaz de intervenir o interferir y aun ante estas situaciones Dios afirma que hay seguridad para los elegidos.

Tiempo.- La muerte y la vida determina el tiempo que una persona está en esta tierra pero desde el nacimiento hasta el último instante que una persona vive Dios esta en control y estos eventos son incapaces de separarnos del amor de Cristo. El cristiano no le define cuántos años vive o en qué forma muera sino en quien ha depositado su fe.

Entidades celestiales.- Este término incluye a los seres sobrenaturales creados por Dios para su servicio, cualquier ser sobrenatural que actúa en una capacidad gobernante sea bueno o malo, cualquier gobernante sobrenatural que cuenta con fuerza física. Y Dios afirma que ninguna entidad espiritual tienen la capacidad, la autoridad, el poder de separar al creyente del amor de Dios.

Eventos humanos.- Cualquier evento que la persona elegida esté viviendo sea buena o mala o cualquier situación que llegará a vivir en un futuro tienen la capacidad de poder alterar la relación de amor que Dios da a sus hijos.

Poderes sobrehumanos.- Ningún habitante del cielo o del infierno tiene alguna capacidad en particular para que interfiera en el amor que el creyente recibe de Dios.

Absolutamente nada.- Por si algo pudiera quedar sin mencionar Pablo dice que no hay nada que haya sido creado o hecho por Dios puede en alguna forma romper o terminar o alterar el amor que une al creyente con Dios.


Pablo cierra esta declaración de victoria del amor de Dios hacia los elegidos al recordar que este amor está fundado, sostenido y hecho posible por Cristo quien es el Señor y Salvador del creyente. Nadie más tiene la capacidad de conducirnos al Padre, solo Cristo es el camino que conduce a Dios (Hechos 4:12).



MÁS QUE SEGUROS

Dios desde antes de la fundación del universo predestinó a los que habría de llamar para que todas las situaciones independientemente de si fueran buenas o malas les ayudaran a bien porque Dios los selecciono para que se parezcan a su Hijo Jesús y formen parte de su familia que vivirán juntos en la eternidad porque fueron declarados inocentes y serán puestos en una posición de relevancia. Esos son los propósitos de Dios para los llamados que creyeron en Cristo. Estos propósitos se llevaran a cabo y no hay nada ni nadie que pueda destruirlo o impedirlo. Además la declaración de inocencia en la gracia de Dios, la absolución de pagar el castigo por la misericordia de Dios son dadas como un regalo divino y si Dios es quien nos defiende no hay quien pueda afectarnos o impedir que se den estas declaraciones legales por parte de Dios. Todo esto es posible porque Dios nos ama de tal manera que entregó a su Hijo para pagar en sustitución por lo pecados del hombre. Es en Cristo, su vida, muerte y resurrección y el amor de Dios que los elegidos reciben en forma inmerecida estas bendiciones de Dios.

Un repaso de este maravilloso capítulo de Romanos muestra que el creyente es completamente victorioso. Somos libres de condenación por qué Cristo murió por nosotros y tenemos su justicia. Somos libres de la derrota porque Cristo vive en nosotros por su Espíritu y compartimos su vida. Somos libres del desaliento porque Cristo viene por nosotros y compartimos su gloria. Somos libres de temor porque Cristo intercede por nosotros y no podemos separarnos de su amor. Ninguna condenación, ninguna obligación, ninguna frustración, ninguna separación (13).


Ahora como elegido y ante tal seguridad debemos de vivir en obediencia a Dios, no por obligación sino por amor por todas estas increíbles bendiciones que recibimos sin merecer.




Bibliografía


1.pág 816. Tuggy, A. E. Léxico griego-español del Nuevo Testamento.

2.pág 34. Simpson, Ronnie. Doce Lecciones sobre Romanos II.

3. pág.1 Ellison, Gary. Apuntes de la lección 8 Una Redención completa.

4.pág. 185. Greathouse, W. M. La Epístola a los Romanos. En Comentario Bíblico Beacon: Romanos hasta 2 Corintios (Tomo 8)

5.pág. 403. Robertson, A. T. Comentario al Texto Griego del Nuevo Testamento: Obra Completa (6 Tomos en 1)

6.pág 36.. Simpson, Ronnie. Doce Lecciones sobre Romanos II.

7.pág 37.. Simpson, Ronnie. Doce Lecciones sobre Romanos II.

8.pág. 557. MacArthur, J. Romanos. (Vol.1).

9.pág.81. Wiersbe, Warren. Justos en Cristo.

10.pág.83. Wiersbe, Warren. Justos en Cristo.

11.pág.566. MacArthur, J. Romanos Vol. 1.

12..pág.83-84. Wiersbe, Warren. Justos en Cristo.

13.pág.85. Wiersbe, Warren. Justos en Cristo.

14.pág.570. MacArthur, J. Romanos.Vol. 1.

15.pág.572. MacArthur, J. Romanos Vol.1



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